Apocalipsis 5:11-14; Salmo 150.
Recuerdo como si fuera ayer, aquel día de octubre del 2008 cuando el Señor nos dio el privilegio de celebrar nuestro primer servicio. Invitamos a todos nuestros amigos, familiares, a todas las personas que pudimos y Dios nos dio un tiempo hermoso con alegría, con regocijo de empezar una obra que Él mismo quería edificar.
Dios sana y restaura
Han pasado catorce años, parece mentira, y si bien muchas cosas han cambiado, nosotros mismos hemos cambiado, nuestras vidas han pasado por toda clase de momentos, hemos conocido a muchas personas, El Señor nos ha permitido ver gente sanada, restaurada y también hemos vivido la tristeza de aquellos que se van dejando en nosotros un gran vacío.
Cantaban con todas sus fuerzas: ¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!
Apocalipsis 5:12
Pero a través de todo este tiempo, hay algo que tenemos que rescatar sin lugar a dudas. En todo este tiempo, en todos estos años, en cada uno de nuestros servicios, en cada domingo y cada celebración, Dios ha sido siempre fiel y siempre lo será.
Vivir en la dinámica de Dios
Ser parte de la expansión del reino de los cielos es algo que no podemos nosotros describir simplemente con palabras. Es vivir en la dinámica de Dios y no en la nuestra. Es dejar que sea Él mismo quien dirija nuestras vidas y no nosotros mismos. Es creer que Nuestro Señor vino del cielo para mostrarnos su amor, pero también para enseñarnos como se vive en este mundo como un testigo del Dios vivo.
Alábenlo por sus proezas, alábenlo por su inmensa grandeza.
Salmos 150:2
Hoy celebramos nuestro 14 aniversario y levantamos una palabra de reconocimiento: A Él sea la gloria.
Y luego cantamos con júbilo: ¡Que todo lo que respire alabe al Señor!
Feliz aniversario! Pastor Harold Caicedo
